La Fe te hace tener esperanza

Tana Concepcion Grullon / Basada en el libro de Marcos 5:21-23, y luego del 35-38 del mismo capítulo, estuvo la prédica del Domingo, traída por nuestro Pastor.
Un pasaje muy conocido donde se nos narra la historia de Jairo, cuando fué en busca de Jesús para que sanara su hija gravemente enferma.
Jairo se desesperó un poco al ver que Jesús se detuvo ante el toque de la mujer del flujo de sangre.
Así hay muchos cristianos, que quieren que todo sea tipo microway. Se desesperan, su fe mengua, por lo cual pierden la esperanza.
Pero Jairo acababa de presenciar el milagro que Jesús hizo en esa mujer, y decidió esperar.
Hay personas expertas en ser “apaga fuegos”, decía nuestro Pastor. Son esos que quieren desanimarte, detenerte!
Aunque no tengas para pagar la renta, no pierdas la fe; recuerda que tu socorro viene de Jehová; Él quiere
glorificarse!
Nuestro Pastor nos dió un testimonio de que cuando fue a examinarse para ser ministro, muchos dudaron de su llamado pastoral; había recelos.
Él estaba esperando, y veía como otros eran llamados a examinarse, y salían felices, mientras él tuvo que esperar por horas.
Pero él sabía que las credenciales principales se las había dado Dios, por lo cual ya tenía la aprobación principal, porque Dios es quien quita y pone reyes, así como ministros, etc.
Dios le había dicho que le iba a dar su propio concilio, y él lo creyó!
Hay personas que van a tratar de detenerte en el camino; no los oigas, sigue creyéndole al Señor.
El diablo sabe el propósito que Dios tiene para tu vida, por lo cual va a tratar de detenerte.
Levántate como un Nehemías, no escuches la voz del adversario!
Muchos hasta te van a profetizar lo que tú quieres oir, para tenerte de su lado. Son los profetas de agua dulce, como dice en la Biblia.
En este año que viene, comienza a hacer tus planes y a tomar decisiones, pero ten por seguro que el Señor sea el centro de ellos.
Un gran mensaje para meditar, especialmente en esta época en que está un nuevo año a la puerta.
Dios continúe bendiciendo a nuestro Pastor, y usándolo como un vaso de honra, para su gloria