Gimiendo por mi promesa

Tana Concepcion Grullon / Este fué el tema escogido por el Evangelista Anderson Feliz, en nuestra noche de gloria, con base bíblica en el libro de San Lucas 2:25-30, donde se nos narra acerca del día en que José y María llevaron a Jesús a presentarlo en el templo. En esos versículos se nos habla específicamenre de Simeón, un hombre justo y piadoso, lleno del Espíritu Santo, a quien le había sido revelado por dicho Espíritu que no moriría antes de que viese al Ungido del Señor (Jesús). Fué dicho Espíritu que le ministró que fuera ese día al templo.
Al verle, Simeón tomó al niño en sus brazos, y bendijo a Jehová diciendo: “ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra, porque han visto mis ojos la salvación.”
A veces estamos pasando por un calvario tan fuerte, que hasta llegamos a dudar del cumplimiento de la promesa que Dios nos ha hecho, pero eso no va a pasar. Aunque veas tu principio pequeño, no abandones tu promesa.
Tú vas a cruzar el mar Rojo; vas a llegar al otro lado; que el desierto no te haga dudar lo que Dios te habló.
No salgas de Jerusalén (la iglesia), a los campos de Moab!
Gime por tu promesa, pero es necesario que estés muy atento, ya que van a venir ofertas que no serán de parte de Dios. Sé como Nabob, no vendas tu viña!
Muchos te van a ver como esclavo, otros te van querer vender, como a José de Egipto, porque eres portador de una promesa. Tienes que estar con los ojos espirituales bien abiertos, para no dejarte engañar; no te muevas fuera de la voluntad de Dios.
La Biblia nos dice que para defender lo que se nos ha prometido, tenemos que pelear como guerreros.
Hay que gemir, llorar por esa promesa.
Levántate y no permitas que la enfermen! No cambies el oro por algo de poco valor; no cambies la gloria por lo mundano.
Simeón vió la gloria cuando vió a Jesús, por eso lo tomó felíz en sus brazos, y expresó que ya podía morir, pues su promesa había sido cumplida.
Este mensaje vino de parte de Dios, para todos.
Aprende a escuchar el consejo del ángel de la iglesia. Aquí todos somos iguales, pues el mismo precio que pagó Jesús por mí, tambien lo pagó por cada uno de ustedes.
Dios continúe bendiciendo a nuestro hermano Anderson.

1 comentario

    • Ministro Luis de cruz el julio 28, 2015 a las 7:51 pm

    ParA ver la promesa de Dios temenos que esperar con paciencia como el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Tambien, debemos ser perseverantes en ayunos, obediencia y oracion para poder tomar esas promesas. Todo tiene un precio y sacrificio asi Que debemos esforzarnos para hacer la voluntad de Dios bajo cualquier circunstancia. Dios no se ha olvidado de ti ni de lo que te ha prometido.

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