Entrega total

Tana Concepcion Grullon / Hace unos años un joven me expresó lo difícil que era la vida; esas palabras  llamaron poderosamente mi atención, por venir de alguien de tan corta edad. Le dí tiempo para que hablara, mientras le escuchaba atentamente.
“Nadie se interesa por mí, nadie me quiere, ni quiere compartir conmigo”, decía. Lo sentí perdido, indiferente, desanimado.
Lo observaba mientras oraba al Señor que me diera las palabras adecuadas para este acongojado joven.
El Señor me hizo sentir la pesada carga que llevaba sobre sus hombros. Había llegado a ser el reflejo de lo que los demás pensaban de él.
“Si no aprendes a valorarte, y a cambiar tu actitud y manera de pensar sobre tí mismo, jamás saldrás de ese círculo vicioso en el que está tu mente” le dije. “Dios nos manda a amarnos los unos a los otros, pero para ello, tenemos que amarnos a nosotros mismos primero.” “Esto puede resultar una tarea lenta,” proseguí, mientras me miraba como si yo fuera un extraterrestre que hablaba un lenguaje inentendible.
 “Aprender a quererse a sí mismo puede resultar un poco difícil, si nunca lo hemos hecho.” Por un instante me puse en su lugar; “todos pasamos por momentos en los que nos sentimos abatidos, le dije, la diferencia está en como reaccionamos; si decidimos lamernos las heridas, o por el contrario, entregarle todo a Dios, permitiendo que sus verdades penetren nuestra mente y alma, dándole la libertad al Espíritu Santo de sanarnos. Comienza a rechazar los pensamientos, palabras y actitudes negativos;  como te visualizas a tí, así te verán los demás.”Crea nuevos hábitos.
Cómo se conducía Jesús? Verdad que Él mostraba amor? Puedes empezar a desarrollar ese don de Dios,  hábitos dulces, como regalar sonrisas, saber escuchar a los demás, darle una palmadita de hombro: refleja a Cristo! Véte a tí mismo como una persona valiosa, creada a imagen y semejanza de Dios. Al imitar la forma de actuar del Maestro, verás tu vida desde otra perspectiva, y lo reflejarás en tu forma de actuar y hablar,  a la vez que estarás cumpliendo el amar a tu prójimo como Él nos mandó”
Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir,  despojáos del viejo hombre, que está viciado  conforme a los deseos engañosos, y renováos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos  del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”
Sentí un gozo indescriptible cuando llorando me abrazó, diciéndome: yo quiero conocer a ese Dios que usted predica”. Había logrado que viera en mí, el amor de una madre.
Las palabras conmueven; los hechos arrastran!