Tana Concepcion Grullon / En nuestro culto evangelístico del pasado Domingo, tuvimos como predicador invitado al Pastor Aquino, desde República Diminicana, quien presentó a su esposa Iris Aquino.
Antes de predicar, nos testificó que su esposa pudo acompañarle, gracias a un milagro de Dios, ya que ella no tenía visa. Se presentó al consulado americano en República Dominicana con lo básico para solicitar la visa, mientras los demás estaban llenos de folders y documentos, pero ella iba guiada por el Rey de Reyes.
Cuando llegó a la ventana del consulado, le dijeron: “señora, porqué usted no se había presentado a buscar su visa?” Dios se la había dado!!
Su prédica estuvo pasada en el libro de Eclesiastés 12:11-14, donde vemos a un Salomón, que se había puesto en las manos de Dios cuando fué ungido como Rey, y aunque luego le falló, se arrepintió. Si queremos ver a Dios obrando en nuestra vida, lo principal es ponernos en sus manos.
En República Dominicana hay una mujer que evangelizó a miles de personas en la frontera de República Dominicana con Haití, transportándose en un burro, y sin saber leer, levantó muchas iglesias. Hoy viaja en avión de un lugar a otro.
Más, ella estaba triste, porque no sabía leer, ni escribir. Un día le dijo un día a Dios: “Señor, enséñame a leer”. Dios se lo concedió, porque ella estaba en sus manos.
Es esencial predicar y enseñar la Palabra de Dios no contaminada, pues ésta es medicina para los huesos; te cambia, te fortalece.
El versículo 13, es básico: hay que guardar reverencia al Rey de Reyes y Señor de Señores; esa es nuestra victoria!
